Ella se embriaga sin ninguna esperanza, aconsejada por las situaciones que se le presentan y está feliz por que cree que ha olvidado algo. Se entrega a él, no soporta la idea de ser ignorada, retoca de nuevo su maquillaje gastado por la música y borrado por el miedo a no ser lo suficientemente hermosa. La miro y me siento triste, porque la quiero, y ella no puede evitar no saber quien es.
Le encanta sentirse ebria y vulnerable, claro… así es más fácil dejarse llevar.
lunes, 19 de enero de 2009
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1 comentario:
Hace rato no te leía, paso a saludarte. Ojalá todo vaya bien. Y ojalá tu amiga ebria y desesperanzada tenga algo de suerte y lo que sea que se la lleve, se la lleve a un lugar mejor.
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